"AS PENEIRAS DE HIRAM"



Meia noite em ponto. Mais uma jornada de trabalho terminada. Cansado de mais um dia de trabalho, Mestre Hiran recostou-se sob o frescor do Ébano para um merecido descanso.

Eis que, subindo em sua direção, aproximou-se seu discípulo predileto, relatando-lhe:
- Mestre Hiran... Vou lhe contar o que me disseram do segundo Mestre Construtor ...
Hiram, com sua infinita sabedoria responde:
- Calma meu Mestre predileto, antes de contares algo que possa ter relevância, já fizestes passar a informação pelas Três Peneiras da Sabedoria?
- Peneiras da Sabedoria ??? Não me foram mostradas, respondeu o discípulo.
- Sim, respondeu Hiram. Só não te ensinei porque não era chagado o momento. Deves passar toda informação recebida primeiro pela peneira da VERDADE, e eu te pergunto:
- Tens certeza de que o que te contaram é realmente a verdade?
Meio sem jeito o discípulo respondeu:
- Bom, não tenho certeza realmente, só sei que me contaram.
Hiram continua. Então se não tens certeza, a informação vazou pelo furos da primeira peneira e repousa na segunda, que é a peneira da BONDADE. E eu te pergunto.
- É alguma coisa que gostarias que dissessem de ti?
- De maneira alguma, Mestre Hiram ... Claro que não.
Então a tua estória acaba de passar pelos furos da segunda peneira e caiu nas cruzetas da terceira e última peneira, a da JUSTIÇA e te faço a derradeira pergunta:
- Achas necessário passar adiante essa estória sobre teu irmão e companheiro?
- Realmente Mestre Hiram, pensando a luz da razão, não há necessidade.
- Então acaba de vazar pelo furos da terceira peneira, perdendo-se na areia. Não sobrou nada para contar.
- Entendi poderoso Mestre Hiram, doravante minhas palavras serão norteadas por estes ensinamentos.
- Es agora um Mestre completo e terminaste teu aprendizado. Volta a teu povo e constrói teus templos a glória do Poderoso.

Desfile de 7 de Setembro no Oriente de São Paulo - "Batalhão Maçônico"



BATALHÃO MAÇONICO EM DESFILES. 

SÃO PAULO - Depois de quase dois meses sem chuva forte em São Paulo, o desfile de 7 de Setembro no Sambódromo do Anhembi aconteceu debaixo de chuva. A chuva começou por volta de 6h30m na capital paulista e se prolongou até depois de 11h30m, quase já no encerramento do desfile. O show aéreo que estava programado pela Aeronáutica teve que ser cancelado.
Mesmo com o frio - a temperatura ficou por volta de 17 graus e da chuva fria - as arquibancadas do Sambódromo estavam praticamente lotadas. Por volta de 7h30m já havia gente chegando.
Os organizadores previam 30 mil pessoas de público, mas o público estimado foi de 15 mil pessoas.
O desfile começou com a passagem dos oficiais da reserva do Exército, que foi antecipada para às 10h por causa da chuva. Em seguida, aconteceu o desfile cívico, com o "Batalhão Maçônico", com 70 integrantes, desfilam por incentivo do irmão Gino Struffaldi (MI/33º/96 anos) os maçons desfilaram, na Av. Olavo Fontoura, 1215 - Capital – SP (Sambódromo-Anhembi) formando o chamado "Batalhão Maçônico", indo a frente o irmão "Coronel Mendes" (MI/33º); Depois foi a vez dos militares. Passaram os cadetes da Marinha, que levaram um barco para o Anhembi, do Exército e em seguida veio a Tropa de Choque da Polícia Militar, que trouxe os cães e viaturas, acompanhados da banda da Polícia Militar. As viaturas antigas da Polícia Militar fizeram sucesso entre o público, que aplaudiu a passagem. A cavalaria da Polícia Militar também recebeu aplausos.
Os soldados da Guarda Civil Metropolitana desfilaram e, mesmo com a exibição aérea cancelada, os homens da Aeronáutica se apresentaram. Cerca de 8 mil pessoas, entre militares e civis, passaram pela pista do Anhembi.
Desfile de 7 de Setembro no Oriente de Belem do Pará/PA - "Batalhão Maçônico"
7 de Setembro de 2010, em Belém do Pará, evento de desfile, em homenagem a Independência do Brasil, que foi prestigiada por varias autoridades do GOEPA, o GM-PA Waldemar Coelho, Secretários, Veneráveis, MI, Deputados e demais Irmãos, o desfile foi realizado na Aldeia Cabana, Avenida Pedro Miranda, no Bairro da Pedreira, precisamente às 09:00 horas.
Fotos do Album do irmão Sergio Quirino.
Obs. Na Inglaterra os maçons costuma desfilar paramentados e são desfiles com mais de 200 irmãos.

Método de trabajo desde la piedra bruta




Para los antiguos masones operativos, la piedra bruta era la materia prima con la que finalmente iban a construir catedrales, edificios, castillos, palacios, templos y todo lo que el maestro arquitecto pudiera diagramar para generar un producto bello, fuerte y generalmente provisto de una alta carga de simbolismo.
El valor agregado de la piedra iba en aumento a medida que se realizaba sobre ella un trabajo cada vez mas fino, y generalmente a los trabajadores se les pagaba por unidad terminada, lo que se conoce como trabajo a destajo.
En la moderna Francmasonería ya no se trabaja sobre piedras minerales, sino sobre "piedras humanas", pero el proceso de elaboración del producto terminado, viene a ser exactamente el mismo.

Debido a 
frecuentes errores entre los masones actuales que hablan de pulir la piedra bruta, se hace necesario aclarar y explicar adecuadamente cuales eran los distintos pasos del proceso de elaboración de las mal llamadas piedras cúbicas, que en su mayoría eran paralelepípedos de sección cuadrada o de sección rectangular. Las verdaderas piedras cúbicas suelen ser muy pocas en una construcción.

Debe quedar claro desde un comienzo, que jamás un masón operativo iba a ponerse a pulir una piedra en estado bruto.
Justamente por lo tosco del material, lo que el trabajador debía hacer era 
desbastar esa porción pétrea hasta quitarle las partes sobrantes, y darle un formato adecuado para el siguiente paso en el proceso, que sería el tallado.
Una vez desbastada la piedra, estaba en condiciones de ser tallada. Y ya no hablamos de una piedra bruta, sino de una piedra desbastada.
El tallar la piedra, posiblemente no haya sido tarea de los mismos obreros encargados del desbaste, ya que se necesita una mayor precisión y delicadeza en la tarea.
Tallar la piedra significa una gran evolución en el espíritu humano, por sobre la simple tarea de desbastar. Una evolución de muchos miles de años y ya veremos por que.

Una vez tallada la piedra y con el formato final adecuado a las necesidades de ese momento, la piedra podía pasar a un último proceso que es el pulido.
No siempre las piedras eran pulidas, ya que es un trabajo demasiado fino e innecesario para algunos sectores de las edificaciones a donde no llegaría jamás la vista del hombre.
Las piedras pulidas eran las que quedarían expuestas, y no tocaba a todas ellas el mismo nivel de pulimento, sino que también eso dependía del lugar en la edificación que deberían ocupar.
No tenía el mismo pulido una piedra de un frontispicio, que la de una pared lateral; y las piedras con molduras sobrellevaban el mayor trabajo de pulido, al igual que los mármoles y granitos espejados.
Además es importante tener en cuenta que el pulido mas fino siempre se realizaba sobre la cara que quedaría expuesta, y no sobre las otras cinco caras que iban a permanecer ocultas a la vista.

Tan importante es diferenciar el desbastado, el tallado y el pulido de las piedras, que hasta la historia del hombre sobre la Tierra se divide de la misma forma. Según terminología acuñada por 
John Lubbock en 1865, los períodos a comparar serían los siguientes:
- La Edad de Piedra temprana: corresponde al período que va desde la aparición del hombre hasta hace unos doscientos mil años atrás. Es el período más burdo de la historia humana, el más torpe y el que cuenta con menos detalles destacados.
- La Edad de Piedra tallada: conocida también como el Paleolítico o antigua Edad de Piedra. Desarrollada hasta unos diez mil años atrás, es la época en que el hombre creó herramientas tallando la piedra (dejó de usar solo huesos y palos), y pasó a fabricar sus armas, sus utensilios y sus útiles de labranza con piedras talladas.
- La Edad de Piedra pulida: conocida también como el Neolítico o nueva Edad de Piedra. Desarrollado hasta unos 4000 años antes de la Era Cristiana, es el momento en que el hombre además de tallar la piedra, aprendió a pulirla para darle las más finas y suaves terminaciones.

Llevando estas elementales nociones de Historia del espíritu humano, al estricto campo de la moderna 
Masonería especulativa, y sabiendo que a cada grado simbólico le corresponde un determinado tipo de trabajo sobre la piedra, comprendemos entonces que viene a resultar inapropiado confundir cosas tan distintas como el desbastado, el tallado y el pulido de una simple piedra.
La moderna Francmasonería utiliza las herramientas del antiguo masón operativo como parte de una analogía, en la cual las piedras brutas serían los seres humanos comunes y corrientes, que a través de un proceso de trabajo sobre sí mismos, deben llegar a retirar sus partes mas toscas para acercarse a algo mas fino y delicado, tanto en lo estético como en lo moral.
Recordemos que al comienzo de la Masonería moderna, la cultura y el conocimiento eran potestades de los sabios y de los estudiosos.
En una época en que muchos monarcas europeos no sabían leer ni escribir, con mayor razón el grueso de los pueblos tampoco tenía acceso masivo a la cultura, por lo que las Logias masónicas del 
Siglo XVIII eran eminentemente educativas.
Justamente el Diccionario de la 
Real Academia Española, en su tercera acepción define la palabra “desbastar” como: Quitar lo basto, encogido y grosero que por falta de educación tienen algunas personas.

El masón 
Aprendiz, tiene justamente la tarea de desbastar su piedra bruta, de educarse y de quitar de sí sus partes más toscas y torpes.
Es su deber el silencio dentro de la logia, y en la búsqueda de aumentar la precisión de sus trabajos, debe observar al detalle la labor de los Compañeros y los Maestros de su Taller.

El 
Compañero masón, ya ha pasado por la etapa del Aprendiz y ahora su responsabilidad aumenta. Observando y aprendiendo de quienes tienen mayor experiencia ha desbastado su piedra, y puede comenzar con el tallado.
Tallar su propia piedra es la tarea del Compañero, pero ya no hablamos de una piedra bruta, sino una piedra con forma y volúmenes bien determinados.
Dijimos antes que muchas veces las piedras para los edificios no se pulían, sino que se usaban solamente talladas.
Esa es la gran importancia del grado de Compañero. Su piedra tallada, su trabajo culminado, ya es útil para la edificación de la Sociedad.

El 
Maestro masón, tiene un grado que por mucho tiempo no se utilizó en la moderna Francmasonería.
Las logias o talleres de los antiguos masones operativos, estaban generalmente integradas por Aprendices y Compañeros, ya que los Maestros venían a ser los 
“contratistas” de las obras, y configuraban la parte patronal.
Sin embargo el grado de Maestro apareció en las logias especulativas, y su trabajo sobre la piedra tallada es simplemente pulirla, hacerla suave, eliminar las rugosidades y retocar los pequeños errores que pudiera haber dejado el Compañero.

Y no hablamos de la tarea de enseñar que tendría el Maestro, porque en nuestro análisis estamos hablando de una misma persona que fue profano una vez, desbastó su piedra bruta como 
Aprendiz, como Compañero tuvo que tallar la piedra previamente desbastada, y como Maestro y una vez en la cumbre de los grados simbólicos, tuvo como tarea pulir su propia piedra hasta dejarla suave y purificada de todo error o imperfección.

Obviamente estas analogías son ideales y muchas veces utópicas dentro de la carrera masónica de un Ser Humano, pero es muy importante tener en cuenta las diferentes etapas en el trabajo de piedra individual.
Por ello no debe hablarse de la piedra bruta como si en todo momento estuviéramos paralizados en la primera etapa de la evolución.
Es completamente erróneo hablar de tallar la piedra bruta, y el error deviene burdo y grosero cuando se habla de pulir esa piedra bruta.
El pulido es tarea del Maestro masón, y ningún ser medianamente inteligente se pondría a pulir una piedra bruta. Tampoco a tallarla, ya que la tarea del Compañero se hace solamente sobre una piedra previamente desbastada.

Pero llevemos estos errores teóricos al campo práctico y de la casuística. 
¿Qué pasaría cuando un masón se pone a pulir su piedra bruta?
Empezando por el 
Aprendiz, estaría haciendo un trabajo vano por varias razones. No solo que jamás desbastaría sus partes más groseras, burdas y torpes, sino que estaría realizando un trabajo que no le corresponde y que además no conoce. 
El resultado sería un masón fracasado.
Generalmente estas personas duran poco en la Institución, y si permanecieran en ella, serían altamente 
nocivas para la Fraternidad y para la Sociedad en su conjunto. Son solo piedras brutas brillantes, que nada quitaron de lo grosero que les sobraba, y que seguramente están resentidas con el método masónico ya que no comprendieron nunca su labor y su función, pero su tosquedad ahora es un poco más llamativa y suave.

Siguiendo con el 
Compañero, el error aquí es doble aunque los perjuicios no llegan a ser tantos.
Un Compañero nunca debería trabajar en forma alguna sobre una piedra bruta. Si lo hace es porque 
aún sigue siendo un principiante Aprendiz, que todavía tiene que seguir desbastando su piedra antes de empezar el trabajo mas fino.
Tenemos aquí el caso de Aprendices que han recibido un aumento de salario antes de tiempo, cuando aún no habían desbastado sus aristas torpes, y su piedra quizá no tiene el formato básico de paralelogramo que se requiere de él.
Estos Compañeros llevan sobre sí el vicio de la soberbia, y será muy difícil que vuelvan a tener una oportunidad de quitarse sus sobrantes más toscos e informes.
Ni que decir tiene el hecho de su trabajo de pulido de la piedra como algo poco útil. El Compañero no debe pulir sino tallar, y así darle forma a su vida y dejarla lista para ser útil al edificio social.
Y se supone que su piedra bruta ya no lo es tanto porque antes la trabajó como Aprendiz, por lo que quizás algo de formato tenga.
Pero pulir una piedra que aún no ha sido tallada representará un prolongado esfuerzo para el Compañero, del que solo obtendrá un producto final mediocre y de baja calidad.

El caso de un 
Maestro masón puliendo una piedra bruta, ya merece una consideración especial por la gravedad del asunto.
Seguramente ya aprendió a desbastar, también a tallar, pero a la hora de pulir nos encontramos con que todavía 
la piedra en cuestión no ha dejado de ser una piedra bruta.
Y es muy grave ver esta situación con Maestros masones de carrera meteórica, que sin el conocimiento simbólico correctamente aprehendido, nunca dejaron de ser piedras brutas.

Para desbastar la piedra hay que pegarle fuerte y quitarle grandes trozos sin contemplación alguna, con el único objetivo de llegar a la piedra perfecta. Tratada con demasiada suavidad y desidia a la hora del desbaste, quizá apenas acariciada a la hora del tallado, no importa la energía que se le ponga a la hora del pulido.
La piedra bruta pulida en manos de un Maestro es el peor resultado imaginable que puede llegar a acontecer.
Allí es que nos encontramos con Maestros de tercer grado o de los grados filosóficos, con increíbles ínfulas de grandeza, rellenos de una soberbia a toda prueba. Ciegos, sordos y mudos ante todo lo que acontece mas allá de su limitada visión de las cosas.
Estos nefastos personajes, son lo peor de la Masonería especulativa, con un parangón que jamás hubiera podido ocurrir si lo comparamos con los antiguos masones operativos.

Entonces a no olvidar.
a) La piedra bruta no se pule, se desbasta (tarea del Aprendiz).b) Luego la piedra debe ser tallada (tarea del Compañero)c) Finalmente la piedra se pule (digna tarea del Maestro masón).

No en vano el hombre tuvo que tallar la piedra durante casi doscientos mil años antes de aprender a pulirla. Por ello es indispensable nunca confundir los términos y no saltear jamás los pasos del proceso.
No vaya a ser que equivoquemos nuestro trabajo simbólico y después de muchos años de Masonería, tengamos un producto final solamente útil para colocar 
de adorno sobre algún mueble, y mostrarlo orgullosos a los amigos que nos visitan.
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GRANDES INICIADOS



Barão do Rio Branco 

(1845 – 1912) José Maria da Silva Paranhos Júnior, barão do Rio Branco, foi professor, político, jornalista, diplomata, historiador e biógrafo. Nasceu no Rio de Janeiro, RJ, em 20 de abril de 1845, e faleceu na mesma cidade, em 10 de fevereiro de 1912. 
Rio Branco era filho de José Maria da Silva Paranhos, o visconde do Rio Branco. Cursou o Colégio Pedro II, a Faculdade de Direito de São Paulo, depois a de Recife. Bacharel em 1866, viajou pela Europa e, na volta, regeu a cadeira de Corografia e História do Brasil no Imperial Colégio. Em 1869, foi nomeado promotor público de Nova Friburgo. No mesmo ano acompanhou, como secretário da Missão Especial, o visconde do Rio Branco ao rio da Prata e ao Paraguai. No mesmo caráter se manteve, em 1870 e 1871, nas negociações de paz entre os membros da Tríplice Aliança e o Paraguai. Regressando ao Rio, dedicou-se ao jornalismo. Foi dirigir o jornal A Nação, juntamente com Gusmão Lobo. Em maio de 1876, Rio Branco deixava o jornalismo para aceitar o cargo de cônsul-geral do Brasil em Liverpool. Em 1884, recebeu a comissão de delegado à Exposição Internacional de São Petersburgo e, depois de proclamada a República, foi nomeado, em 1891, em substituição do conselheiro Antonio Prado, superintendente geral na Europa da emigração para o Brasil, cargo que exerceu até 1893. Durante a estadia na Europa, produziu várias obras: redigiu uma Memória sobre o Brasil para a Exposição de São Petersburgo; para o Le Brésil, de Sant'Anna Nery, escreveu Esquisse de l'Histoire du Brésil; apresentou contribuições para a Grande Encyclopédie, de Levasseur, na parte relativa ao Brasil.
 Argentina e Amapá
 Em 1893, Floriano Peixoto escolheu Rio Branco para substituir o barão Aguiar de Andrade, falecido no desempenho da missão encarregada de defender os direitos do Brasil aos territórios das Missões. A questão, nos últimos dias do Império, fora submetida ao arbitramento do presidente Cleveland, dos EUA, como resultado do tratado de 7 de setembro de 1889, concluído com a Argentina. 
Rio Branco, encarregado de advogar os pontos de vista brasileiros, apresentou ao presidente Cleveland uma Folha Maçônica Nº 257, 21 de agosto de 2010 Página 2 exposição, acompanhada de valiosa documentação, reunida em seis volumes, A questão de limites entre o Brasil e a Argentina, obra que muito contribuiu para o laudo arbitral de 5 de fevereiro de 1895, inteiramente favorável às pretensões brasileiras. Em 1898, foi encarregado de resolver outro importante assunto diplomático: a questão do Amapá. O Tratado de 10 de abril de 1897 escolheu para árbitro da questão o presidente da Suíça. Rio Branco vinha estudando a questão do Amapá desde 1895. Ao chegar a Berna, apresentou uma memória de sete volumes. A sentença arbitral, de 1º de dezembro de 1900, foi favorável ao Brasil, e o nome de Rio Branco foi colocado em plano de superioridade em relação a qualquer outro político ou estadista brasileiro da época. 
Ministro das Relações Exteriores 
Em 31 de dezembro de 1900 foi nomeado ministro plenipotenciário em Berlim. Em 1902 foi convidado pelo presidente Rodrigues Alves a assumir a pasta das Relações Exteriores, na qual permaneceu até a morte, em 1912. Logo no início de sua gestão, defrontou-se com a questão do Acre, território fronteiriço que a Bolívia pretendia ocupar, solucionando-a pelo Tratado de Petrópolis. A seguir, encetou negociações com outros países limítrofes, cujas fronteiras com o Brasil suscitavam questões litigiosas. Seu empenho encerrou as velhas disputas que o Brasil mantinha com quase todos os países da América do Sul. Em 1901, apesar dos esforços e do valor intelectual do plenipotenciário brasileiro, Joaquim Nabuco, a questão da Guiana Inglesa foi resolvida, por laudo do árbitro Victor Emanuel, rei da Itália, contra o Brasil. Rio Branco, no entanto, soube entender os motivos do laudo que despojava o Brasil de uma parte do seu território e deu a Joaquim Nabuco a compensação de nomeá-lo embaixador do Brasil em Washington.
Definindo o contorno do território brasileiro 
Veio, depois, uma série de tratados memoráveis: em 1904, com o Equador; em 1906, com a Guiana Holandesa; em 1907, com a Colômbia; em 1904 e 1909, com o Peru; em 1910, com a Argentina. Ficavam definidos, de um modo geral, os contornos do território brasileiro, assim como, com pequenas alterações, ainda hoje subsistem. Além da solução dos problemas de fronteira, Rio Branco lançou as bases de uma nova política internacional, adaptada às necessidades do Brasil moderno. Foi, nesse sentido, um devotado pan-americanista, preparando o terreno para uma aproximação mais estreita com as repúblicas hispano-americanas e acentuando a tradição de amizade e cooperação com os Estados Unidos. 
Fonte: http://educacao.uol.com.br/biografias/rio-branco.jhtm 

Aspectos de la Masonería en Estados Unidos durante la década de 1940: Roosevelt, Truman, Ford


Aspectos de la Masonería en Estados Unidos durante la década de 1940: Roosevelt, Truman, Ford

 
Roosevelt, Franklin D. Trigésimo segundo presidente de los Estados Unidos (1933-1945). 
"Franklin Delano Roosevelt", dice el epígrafe de la fotografía reproducida en la revista Verbum de marzo-mayo de 1941, "a la terminación de un acto masónico en el que también intervinieron algunos de sus familiares y el actual alcalde de Nueva York, Fiorello Laguardia".
Fuente del documento, Archivos del G.·. O.·. F.·. A.·.

1
Inauguración del Templo Franklin D. Roosevelt, en París

"La señora Eleanor Roosevelt presidió el pasado 9 de diciembre, la ceremonia de inauguración de un templo masónico. Numerosos hermanos aguardaron su llegada, luego que la señora Roosevelt usó de la palabra en la UN, al discutirse la Declaración de los Derechos del Hombre. La señora Roosevelt llegó acompañada del Gran Maestre de la G.·. L.·. de F.·., miembros del Consejo Federal y delegaciones de Obediencias amigas. Los hh.·. formaron la bóveda de acero.

El IL.·. H.·. J. Marechal, en representación del Gran Com.·. y en nombre del Supremo Consejo, refirióse a lo que la Masonería y el mundo deben a nuestro H.·. Franklin D. Roosevelt, cuya conducta y acción constituirán siempre un ejemplo para los masones de todos los países. Luego de los discursos del H.·. Orador y del Gran Maestre, la señora Roosevelt expresó todo el afecto que ella siente por Francia y que la ayuda de Estados Unidos, retribuía la que había recibido otrora en su lucha por la independencia. Agregó que jamás olvidaría la calurosa recepción de los masones franceses.

Expresóle el Gran Maestre que era tradicional ofrecer rosas rojas a las damas que hacían a la Orden el honor de una visita y le ofrendó un ramo de treinta tres rosas rojas, adornado con los colores de la Gran Logia. En nombre de los masones dio un abrazo frat.·. a la compañera de nuestro recordado H.·. Roosevelt e hizo tributar en su honor una trip.·. batería.

Acompañada del Gran Maestre y de los miembros del Consejo Federal, la señora Roosevelt se retiró bajo una bóveda de acero.

Prosiguió luego la ceremonia rituálica de la consagración del Templo. El H.·. Antonio Coen esbozó la vida del H.·. Franklin D. Roosevelt, consagrado a trabajar en bien de la humanidad. Usaron de la palabra los IIL.·. Hh.·. Edmond Troch, G.·. M.·. del G.·. O.·. de Bélgica; Ubaldo Triaca, en nombre de la Masonería Italiana, y André Legrand, G.·. Sec.·. del G.·. O.·. de Francia".
Fuente: Verbum, revista masónica del Gran Oriente Federal Argentino, Cuarta época, Año XV-Nº 17, Buenos Aires, Marzo de 1949.

2
Franklin D. Roosevelt fue iniciado el 11 de octubre de 1911 en la Logia Holland Nº 8 de Nueva York, el 17 de febrero de 1933 participó en la "elevación" (sic) de su hijo Elliot (1910-1990), en la Logia del Arquitecto Nº 519, también de la ciudad de Nueva York. El 7 de noviembre de 1935 estuvo presente -aunque no participó en los grados-, cuando otros hijos suyos, James (1907-1991) y Franklin (1914-1988), se convirtieron en miembros de la Logia a la que pertenecía Elliot.
Fuente: Paul Jeffers.
Truman, Harry S. Trigésimo tercer presidente de los Estados Unidos (1945-1953).
Foto del M.·.R.·.H.·. Harry Truman en una visita a la ciudad de St. Louis, Missouri - U.S.A. Foto donde se observa al Presidente de Estados Unidos, Mr. Harry Truman (Past Gran Maestro de la Gran Logia de Missouri) en joyas masónicas (mandil y medallas), en una visita a la ciudad de St. Louis, Missouri y donde se le aprecia cruzando sus brazos y agitando las manos con quien sería el nuevo Gran Maestre, James Bradford (a la izquierda en pantalla) y saliente Gran Maestre, Harry Sunderland.
Fuente de la fotografía y el texto: FÉNIX, Journal Masónico de Perú.

1
Truman Masón

"Un día, a fines de 1908, un primo de mi madre vino a nuestra chacra para inspeccionar unos animales, y noté que tenía un emblema masónico en el ojal de su saco. Le dije que siempre había querido pertenecer a esa sociedad. Pocos días después me trajo una solicitud de iniciación a la Logia Belton, Nº 450 de Belton, Missouri. El 9 de febrero de 1909 obtuve mi primer grado. Frank Blair era el presidente del Banco de Belton, que era el banco que utilizábamos, y W. B. Garrison era cajero -o Frank era cajero y Billy cajero ayudante. Los dos eran masones entusiastas. Frank era vice Gran Maestre y al mismo tiempo "Distric Lecturer" (Orador de Distrito) para el distrito masónico Nº 34 de Missouri, y Billy Garrison, Venerable de la Logia de Belton. Estos dos hombres, con suma paciencia, me enseñaron el Ritual de los diversos grados. Recibí mi grado tercero el 9 de marzo de 1909 y poco después, el Gran Orador de Missouri, James R. Mc Lachlan de Kehoka, vino a Belton a pasar tres días. Asistí a todas las reuniones que se celebreron con este motivo y después le acompañé a Holden y a St. Joseph, adquiriendo la instrucción necesaria en los tres grados como para acompañar a Frank Blair en sus visitas oficiales al distrito 34. Había 9 ó 10 Logias en el distrito, y durante los meses de invierno todas fueron visitadas. En la próxima elección en la Logia, fui electo Segundo Vigilante y ocupé este cargo durante 1910.

En 1911 organicé una Logia en Grandview -Nº 618- y fui nombrado Venerable Maestro alrededor de mayo o junio. Fui a la reunión de la Gran Logia en St. Louis y obtuve la Carta Constitutiva parra la Logia de Grandview, siendo desde entonces un asiduo asistente a las reuniones anuales de la Gran Logia.

El distrito masónico Nº 22, que comprendía todo el condado de Jackson, fue dividido en dos, y en 1924 al fallecimiento del Vice Gran Maestre del distrito 59, recientemente creado, me nombraron Vice Gran Maestre y Vice Gran Orador, cargos que desempeñé por espacio de 5 años. En esa época yo era el juez que presidía la corte del condado de Jackson y un demócrata activo. El señor Gentry, Gran Maestre del distrito 59, era un Republicano rabioso. Escalé posiciones normalmente hasta que llegué al primer puesto electivo, el cuarto en la escala jerárquica de la Gran Logia. Se me organizó una oposición en St. Louis, pero triunfé. Esa oposición continuó hasta que fui elegido Gran Maestre de la Gran Logia de Missouri en 1940. En ese momento estaba empeñado en la campaña más amarga de mi carrera para la reelección al senado. Tenía como oponentes al Gobernador, y a Manville Davis, que era el candidato Republicano.

Davis inició una campaña muy amarga, y en curso de ella me hizo cargos muy graves. Yo tenía un amigo político Católico en St. Louis de nombre James E. Wade, quien asistió a una reunión en una pequeña ciudad cerca de St. Louis. Davis me hizo los cargos de costumbre . Forrest Donnel, que después fue Gobernador y Senador, hablaba en la misma reunión. Donnel me seguía en antigüedad dentro de la Gran Logia y fue después Gran Maestre.

Jim Wade se le acercó después de la reunión y le preguntó si yo podía ser un hombre tan bajo como decía Davis, y al mismo tiempo Gran Maestre de los Masones de Missouri. El señor Donnel dijo: "No, Jim. No lo es". Esta fue la ruina de Davis, gané por 276.000 votos.

Terminé mi mandato de Gran Maestre, cumplí mi período de Senador y evidentemente me fue bien en los dos. Hice más de veinte viajes aéreos a Missouri desde setiembre de 1940 a setiembre de 1941, para atender en los asuntos de la Gran Logia, di la mitad de mi sueldo de Gran Maestre a la Asociación de Ayuda Masónica para los soldados que se encontraban en los campos de entrenamiento, organicé la Comisión de Investigación del Programa de Defensa en el Senado el 28 de febrero de 1941 y finalmente me metí en toda clase de líos, Vicepresidencia, Presidencia, etc".
Fuente: Extracto del libro "El Presidente", por William Hillmann, basado en los papeles privados, cartas, diarios y entrevistas personales del H.·. Harry S. Truman. Material reproducido por Verbum en 1952 y adjuntado a los Archivos del G.·. O.·. F.·. A.·.

2
Harry S. Truman fue iniciado el 9 de febrero de 1909, en la Logia Belton Nº 450 de Belton, Missouri. En 1911, cuando varios de sus miembros se separaron para establecer la Logia Grandview Nº 618 de Grandview, Missouri, Truman fue su primer Venerable Maestre. En la sesión anual de la Gran Logia de Missouri, el 24 y 25 de setiembre de 1940, fue elegido por mayoría abrumadora como nonagésimo séptimo Gran Maestre de los Masones de Missouri, cargo que mantuvo hasta el 1º de octubre de 1941. También fue nombrado Soberano Gran Inspector General -grado treinta y tres- y miembro honorario del Supremo Consejo, el 19 de octubre de 1945, en la sede de la Jurisdicción Sur del Supremo Consejo de Washington D.C. También fue elegido Gran Maestre del Supremo Consejo Internacional, Orden de De Molay. El 18 de mayo de 1959 el ex presidente Truman recibió un premio por sus cincuenta años en la Orden, único presidente estadounidense en alcanzar ese aniversario de oro en la masonería.
Fuente: Paul Jeffers.
Ford, Gerald Rudolph. Trigésimo octavo presidente de los Estados Unidos (1974-1977). Fuente de la fotografía: Colección privada del Q.·. H.·. Jorge F. Villalba.

1
Gerald R. Ford fue iniciado el 30 de setiembre de 1949, en la Logia de Malta Nº 465 de Grand Rapids, Michigan, junto con sus medio hermanos Thomas, Richard y James. Le fueron conferidos los grados de Compañero y Maestro masón en la Logia Columbia Nº 3 de Washington D.C., el 20 de abril y el 18 de mayo de 1951, como cortesía a la Logia de Malta. Ford fue designado Soberano Gran Inspector General y miembro honorario de la jurisdicción Norte del Supremo Consejo, en la Academia de música de Filadelfia el 26 de setiembre de 1962. El presidente Ford fue elegido por unanimidad miembro activo del Supremo Consejo Internacional, Orden de De Molay, y honorable Gran Maestre en la sesión anual celebrada en Orlando, Florida, entre el 6 y el 9 de abril de 1975. Ford conservó ese cargo hasta hasta enero de 1977, momento en el cual pasó a ser Gran Maestre aprobado honorario, y recibió su "cuello y joya" el 24 de octubre de 1978 en Topeka, Kansas, de manos del honorable Thomas C. Raum hijo, Gran Maestre, Orden de De Molay.
Fuente: Paul Jeffers.

Carta de Tolstoi a Gandhi




Kochety, 7 de septiembre, 1910
Me alegro de saber, tras haber recibido su revista Indian Opinion, cuanto en ella se dice de los adeptos a la no-víolencia. Deseo expresarle las ideas que en mí ha originado su lectura.
Conforme tengo más experiencia de vida, y sobre todo ahora, sintiendo ya con fuerza la cercanía de la muerte, deseo transmitir con más intensidad a los semejantes lo que con tan extraña agudeza percibo y juzgo de suma entidad, esto es: cuanto tiene que ver con la no-violencia, que en lo esencial no es otra cosa sino la doctrina del amor, sin el falseamiento de las falsas interpretaciones. Que el amor, es decir, el ansia de las almas humanas por la concordia, y la actividad que de ese empeño se deriva, resulta ser la suprema y única ley de la vida humana, eso lo sabe y lo siente todo hombre en el fondo de su alma (como se puede observar con total claridad entre los niños); lo sabe mientras no está enredado en las falsas doctrinas del mundo. Esta ley fue proclamada por todos los sabios del universo: tanto indios como chinos y hebreos, griegos y romanos. Creo que Cristo la expresó con la mayor claridad cuando dijo sin rodeos que sólo en eso radican la ley suma y los profetas, pero eso no basta, previendo la manipulación que sufre y puede sufrir dicha ley, señaló además con claridad ese peligro de falseamiento, propio de los hombres que viven movidos por intereses mundanos, y el peligro de atribuirse la defensa de tales intereses mediante la fuerza, o sea -como él dijo- dando golpe por golpe arrebatar en un acto de fuerza y volver a sus dueños los objetos antes apropiados, y así una y otra vez. Sabe él que ningún ser racional puede desconocerlo: el empleo de la violencia no es compatible con el amor y como ley fundamental de la vida, pues basta permitir la violencia, no importa cuáles sean los casos, para que se reconozca la insuficiencia de la ley del amor y, por lo tanto, se niegue la propia ley. Toda la civilización cristiana, tan brillante por su apariencia, nació de este malentendido, de esta contradicción evidente y extraña, a veces consciente, pero por lo general inconsciente.
Al admitirse la resistencia a la par que el amor, en esencia ya no hubo ni podía haber amor como ley de la vida, ni tampoco ley del amor, sino violencia, es decir, el poder del más fuerte. Así ha vivido hasta ahora la humanidad cristiana. Cierto, en todos los tiempos los hombres se habían guiado por la mera violencia en la organización de su vida. Sin embargo algo diferenciaba la vida de los pueblos cristianos de todos los demás: el mundo cristiano formuló la ley del amor con tal claridad y precisión como no la había formulado ninguna otra doctrina religiosa. Sin más. Pero, al mismo tiempo que aceptaban solemnemente dicha ley, los hombres del mundo cristiano se permitieron la violencia y organizaron su vida teniendo a ésta como fundamento. Por eso la existencia de los pueblos cristianos resulta una pura contradicción entre lo que ellos profesan y aquello en que basan su régimen de vida: la contradicción entre el amor, reconocido corno ley de la vida, y la violencia, que en diversos aspectos hasta se tiene por necesaria, como el poder de los gobernantes, los tribunales y los ejércitos, tenidos por admisibles y loables. Tal desacuerdo fue agrandándose con el desarrollo de los hombres del mundo cristiano alcanzando su extrema expresión en los últimos tiempos. Resulta evidente, entonces, que el problema está planteado así ahora, una de dos: o se reconoce que no reconocemos ninguna doctrina ético religiosa y nos guiamos en el régimen de nuestra vida sólo por el domino del más fuerte; o son abolidos todos nuestros organismos policíacos y judiciales, y también los impuestos recaudados por la violencia y, cómo no, los ejércitos.
Esta primavera, durante el examen de la Ley de Dios en una de las instituciones femeninas de Moscú, el profesor de Religión, y luego también un prelado que asistía, preguntaban a las doncellas los diez mandamientos y especialmente el sexto. Si daban la respuesta correcta sobre el mandamiento, el prelado solía hacer otra pregunta: ¿siempre y en todos los casos prohibe la Ley de Dios el homicidio? Y las infelices doncellas, corrompidas por sus preceptores, habían de contestar y contestaban que no siempre, que el homicidio está permitido en la guerra y en las ejecuciones de malhechores. Pero cuando a una de las infelices muchachas (lo que cuento no es una versión, sino un hecho que me ha sido transmitido por un testigo ocular), tras su respuesta, le fue hecha la pregunta de ritual: ¿siempre constituye pecado el homicidio?, la doncella, inquieta y sonrojada, contestó sin vacilar que siempre, y a todos los habituales sofismas del prelado contestaba con la firme convicción de que el homicidio está prohibido siempre y que el homicidio se prohibe también en el Antiguo Testamento, y Cristo no sólo rechaza el homicidio sino -también y en todos los casos- hacer mal al prójimo. Y con toda su majestuosidad y arte de la elocuencia, el prelado guardó silencio; y la muchacha salió victoriosa.
Por tanto, nosotros podemos comentar en nuestros periódicos los éxitos de la aviación, las complicadas relaciones diplomáticas, la vida de las distintas clases, los descubrimientos, las alianzas de todo género, las llamadas obras de arte, y callar lo que ha dicho esa doncella; pero callarlo es imposible, porque lo percibe más o menos vagamente, pero lo percibe, todo hombre del mundo cristiano. El socialismo, el comunismo, el anarquismo, el Ejército de salvación, la creciente delincuencia, el desempleo de la población, el demencial incremento del lujo de los ricos y la miseria de los pobres, y el aumento terrorífico del número de suicidios -todo lo cual- son síntomas de aquella contradicción interna, que debe y no puede dejar de ser resuelta. Y, se entiende, resuelta en el sentido de reconocimiento de la ley del amor y de la negación de toda violencia. De ahí que vuestra labor en el Transvaal -en el fin del mundo, como a nosotros nos parece- sea una acción de lo más central y más importante entre todas las empresas que hoy se acometen en el orbe y en la que habrán de participar sin excusa no ya los pueblos del mundo cristiano, sino de todo el planeta. Creo que le agradará saber que también aquí, en Rusia, esta labor se extiende con rapidez mediante las renuncias al servicio militar, que son cada día más frecuentes. Por muy reducido que sea el número de vuestros adeptos a la no-violencia y el de los objetores de conciencia entre nosotros en Rusia, tanto los unos como los otros pueden decir sin vacilar que Dios está con ellos. Y Dios es más poderoso que los hombres.
En el cristianismo, en su aceptación, aun siendo en la forma tergiversada en que se profesa entre los pueblos cristianos, y en el reconocimiento a la par con ello de la necesidad de los ejércitos y del armamento para el homicidio en las más ingentes proporciones durante las guerras, ahí radica la flagrante, escandalosa y palmaria contradicción. Antes o después -tal vez muy pronto- ha de revelarse, y destruir, bien sea la aceptación del credo cristiano, indispensable para el mantenimiento del Poder; bien la existencia del ejército y de toda la violencia que él sostiene, no menos indispensable para el Poder. Tal incoherencia la perciben todos los gobiernos, tanto el suyo británico como el nuestro ruso; y, a causa de un sentimiento natural de autoconservación - conforme lo vemos en Rusia y se advierte por los artículos de vuestra revista- aspiran a dichas actividades mas que a cualquier otra labor antigubernamental. Los gobiernos saben cuál es su peligro cardinal, y están atentos en esta cuestión no ya y no sólo sus intereses, sino el problema de ser o no ser.
Con toda consideración.


Lev Nikoláyevich Tolstói

(Tomado de una publicación en el sitio de Masonería Mixta)

CONSTITUCIONES DE ANDERSON


                                                   CONSTITUCIONES DE ANDERSON


Publicadas el 17 ENERO 1723 e.·. v.·.

I.- LO QUE SE REFIERE A DIOS Y A LA RELIGIÓN

El Masón está obligado, por vocación, a practicar la moral y si comprende sus deberes, nunca

se convertirá en un estúpido ateo, ni en un hombre inmoral. Aún cuando en los tiempos

antiguos los masones estaban obligados a practicar la religión que se observaba en los países

donde habitaban, hoy se ha creído más oportuno, no imponerle otra religión que aquella en que

todos los hombres están de acuerdo, y dejarles completa libertad respecto a sus opiniones

personales. Esta religión consiste en ser hombre buenos y leales, es decir, hombres de honor y

de probidad, cualquiera que sea la diferencia de sus nombres o de sus convicciones. De este

modo la Masonería se convertirá en un centro de unidad y es el medio de establecer relaciones

amistosas entre gentes que, fuera de ella, hubieran permanecido separados entre sí.

II.- DE LA AUTORIDAD CIVIL, SUPERIOR E INFERIOR

El masón, debe ser una persona tranquila, sometida a las leyes del país donde esté establecido

y no debe tomar parte ni dejarse arrastrar en los motines o conspiraciones fraguadas contra la

paz y contra la prosperidad del pueblo, ni mostrarse rebelde a la autoridad inferior, porque la

guerra, la efusión de la sangre y los trastornos, han sido siempre funestos para la Masonería.

Así es que en la antigüedad, los reyes y los príncipes se mostraron muy bien dispuestos para

con la sociedad, por la sumisión y la fidelidad de que los masones dieron constantemente

pruebas en el cumplimiento de sus deberes de ciudadano y en su firmeza para oponer su

conducta digna a las calumnias y acusaciones de sus adversarios; esos mismos reyes y

príncipes no se desdeñaron de proteger a los miembros de la corporación y de defender el

honor de la misma que siempre prosperó en los tiempos de paz. Siguiendo esas doctrinas, si

algún hermano se convertía en perturbador del orden público, ninguno debía ayudarle en la

realización de sus propósitos y por el contrario, debía ser comparecido como un ser

desgraciado. Pero por este sólo hecho y aún cuando la cofradía condenase su rebelión para

evitarse el dar al gobierno motivo alguno de sospecha o de descontento, siempre que el rebelde

no pudiese ser censurado de otro crimen, no podía ser excluido de la Logia, permaneciendo

inviolables sus relaciones con ésta Logia y los derechos de que como masón gozaba.

III.-DE LAS LOGIAS

La logia es el lugar donde los masones se reúnen para trabajar, y por extensión se da este

nombre a toda asamblea de masones constituida; todos los hermanos deben formar parte de

una logia y someterse a sus reglamentos particulares y a las ordenanzas generales.

Las Logias son particulares o Generales y el mejor medio de distinguirlas en estos dos distintos

caracteres es visitarles y estudiar los actuales reglamentos de las Logias Generales o Grandes

Logias.

Antiguamente los maestros y los miembros de éstas Logias, no podían ausentarse, ni dejar de

asistir a sus sesiones, cuando eran invitados, sin incurrir en un castigo severo, a menos que

hicieren conocer a los maestros y a los inspectores, las causas que les habían impedido cumplir

con este deber.

Las personas que querían ser admitidas en calidad de miembros de las Logias, debían sr

hombres buenos y leales, libres de nacimiento, de edad madura y razonable y de buena

reputación; estaba prohibido admitir en la Masonería, esclavos, mujeres y hombres inmorales,

cuya conducta fuera motivo de escándalo.

IV.- DE LOS MAESTROS, INSPECTORES, COMPAÑEROS Y APRENDICES

Entre los Masones, las preferencias no pueden fundarse exclusivamente, en el verdadero

mérito personal, se debe cuidar con especial atención de que los propietarios que disponen las

construcciones, serán servidos a su completa satisfacción; debe procurarse que los hermanos

no tengan porque avergonzarse de sus obras de que la Real Asociación, no pierda la

consideración de que goza. Por esta razón, los maestros e inspectores deben ser elegidos

teniendo en cuenta más que su edad, sus méritos personales. Es imposible tratar todas estas

cosas por escrito. Cada hermano debe estar en su lugar y aprender éstos principios según el

método adoptado en cada cofradía; debe, sin embargo, tenerse en cuenta por los aspirantes

que ningún maestro puede aceptar un aprendiz, si este no le presenta suficientes obras, si no

es un joven perfecto, sin deformidad física alguna y sin defecto que le haga incapaz de

instruirse en su arte, de servir a su maestro y de llegar a ser a su vez un hermano y maestro,

cuando haya transcurrido el tiempo de su aprendizaje.

Debe ser también, hijo de padres honrados, para que si posee otras cualidades, pueda llegar a

obtener el puesto de inspector, de maestro de una Logia, de Gran Inspector y de Gran Maestro

de todas las Logias, según su mérito y virtudes.

Los Inspectores han de ser miembros de la corporación y los maestros han debido desempeñar

antes el cargo de Inspector.

Los Grandes Inspectores han de haber sido maestro de Logia, y en fin, para ocupar el puesto

de Gran Maestro ha de poseerse el carácter perfecto de Masón.

El Gran Maestro debe ser noble de nacimiento, o bien ocupar una posición excepcional, de una

educación perfecta, o bien un sabio distinguido, un arquitecto hábil, un hábil hijo de padres

honrados, y además, las Logias deben reconocer en él un mérito real, y para que pueda llenar

los deberes de su cargo de un modo más perfecto, se le autoriza para designar y nombrar un

diputado que debe ser o haber sido maestro de una Logia Particular; el Diputado Gran Maestro,

tiene el deber de realizar todos los actos que son de la competencia del Gran Maestro, su

superior, en las ausencias de éste o por su delegado.

Todos los hermanos están obligados a prestar obediencia a todas estas ordenanzas y a todos

los gobernantes superiores y subalternos de la Antigua Logia, en sus diversos empleos, con

arreglo a las antiguas leyes y reglamentos, y ejecutar las órdenes con respeto, afecto y

actividad.

V.- DEL REGLAMENTO DE LA CORPORACIÓN DURANTE EL TRABAJO

Durante los días laborables, todos los masones deben trabajar lealmente, para que puedan

disfrutar mejor del dia de fiesta; el compañero de más conocimientos y experiencia, debe ser

elegido en calidad de maestro o superintendente de los trabajos de construcción dispuestos por

el propietario, y los que trabajan bajo sus órdenes deben llamarle maestro. Los Compañeros

deben evitar toda inconveniencia deshonesta y el darse nombres poco decentes, se titularán

mutuamente Hermanos o Compañeros y conducirse cortésmente, tanto dentro como fuera de la

Logia.

El Maestro, debe emprender los trabajos del propietario en las condiciones más justas y

equitativas, y emplear lo que a éste pertenezca, como si se tratase de sus propios bienes; y no

dar a cada aprendiz o compañero más salario que el que realmente merezca. Maestros y

masones, todos deben ser fieles al propietario que los ocupe y les paga religiosamente su

salario, y ejecutar sus trabajos a conciencia, bien trabajes o jornal o a destajo.

Ningún hermano debe mostrarse celoso de la prosperidad de otro, ni atormentarlo o procurar

separarlo de su trabajo cuando es capaz de ejecutarlo, porque ninguno puede terminar un

trabajo empezado por otro en condiciones tan ventajosas como el que lo empezó, a no poseer

un conocimiento profundo de los planos y dibujos de la construcción.

Si un Inspector de los trabajos, se elige entre los compañeros, debe ser fiel al maestro y a los

compañeros; en ausencia del maestro, velará cuidadosamente, en interés del propietario, por la

buena ejecución de los trabajos, y sus hermanos deben obedecerle.

Todos los masones recibirán su salario con reconocimiento, sin murmuraciones ni

observaciones y no abandonarán a su maestro hasta que la obra termine. Debe enseñarse la

obra a los hermanos jóvenes, para que aprendan a emplear bien los materiales y para que por

medio de esta fraternal enseñanza se consolide entre ellos la más estrecha amistad; todos los

útiles empleados para los trabajos, deben ser aprobados por la Gran Logia.

En los trabajos exclusivos de la Masonería, no debe emplearse ningún jornalero y los mismos

maestros, no deben trabajar sino con sus compañeros, a no ser que a ello obligue una

apremiante necesidad; tampoco podrán comunicarse sus enseñanzas a los obreros que no

pertenezcan a la sociedad.

VI.- DE LA CONDUCTA

En la Logia Organizada:

No se debe instruir comisión particular alguna, ni entablar negociación sin haber obtenido la

autorización del maestro; no debe tratarse ninguna cuestión inoportuna o inconveniente; ni

interrumpir la palabra del maestro o de los inspectores o de cualquier hermano que sostenga

diálogo con el maestro. Tampoco deben emplearse frases jocosas mientras la Logia se ocupe

de asuntos serios, ni usar en caso alguno lenguaje poco honesto, y en todas las ocasiones

debe darse al maestro, a los inspectores y compañeros, el término del respeto que merecen, y

que todos les deben.

Si se presenta una queja contra un hermano, el culpable debe someterse al juicio y a la

decisión de la Logia, que es el tribunal real, a menos que corresponda su conocimiento a la

Gran Logia. En tales casos debe cuidarse de que no interrumpan por estas causas los trabajos

del propietario, y si llegase a ocurrir una suspensión forzosa, debe tomarse una decisión con

arreglo a las circunstancias. Tampoco debe recurrirse a los tribunales de justicia para ventilar

asuntos de la Masonería, a no ser que la Gran Logia reconozca y declare ser de indispensable

necesidad.

Conducta que debe observarse cuando la Logia este cerrada, pero estando aún reunidos

los hermanos.

Los hermanos pueden dedicarse a placeres inocentes, y regulares, mutuamente según los

medios de cada cual, pero procurando evitar los excesos de todo género, sobre todo en la

mesa. también deben abstenerse de decir y de hacer cosa alguna que pudiere herir o romper la

buena armonía que entre todos debe reinar siempre; por ésta razón, no deben llevarse a éstas

reuniones, odios privados sin motivo alguno de discordia y sobre todo, deben evitarse en

absoluto las discusiones sobre religión y política, sobre nacionalidad, puesto que los masones,

como antes hemos dicho, no profesan otra religión que la universal, y que pertenecen a todos

los pueblos, a todas las lenguas, y son enemigos de toda empresa contra el gobierno

constituido; la falta de observancia de éstos preceptos, han sido y serán siempre funestos para

la prosperidad de las Logias.

En todo tiempo, la observancia de éste artículo del reglamento, se ha impuesto con gran

severidad, y más especialmente después de la reforma de la Iglesia anglicana, cuando l pueblo

inglés se retiró y separó de la comunidad de la Iglesia Romana.

Reglas de conducta, cuando los hermanos se encuentran fuera de la Logia y sin la

presencia de extraños.

Deben saludarse amistosamente, y según está dispuesto, darse el nombre de hermanos,

comunicarse recíprocamente las noticias que puedan serles útiles, teniendo cuidado de no ser

observados ni oídos; deben evitar toda pretensión de elevarse sobre los demás, y dar a cada

uno la manifestación de respeto que se otorgarían a cualquiera que no fuese masón; porque

aún cuando todos los masones en calidad de hermanos están en la misma altura, la Masonería

no despoja a nadie de los honores de que goza antes de ser masón, antes por el contrario,

aumenta éstos honores, principalmente cuando se ha merecido por el bien de la cofradía, que

debe honrar a aquellos que son acreedores, y anatematizar las malas costumbres.

Conducta que debe observarse delante de los que no son masones.

Deben los masones ser circunspectos en las palabras y sus obras, a fin de que los extraños,

aún los más observadores, no puedan descubrir los que no es oportuno que aprendan; algunas

veces debe aprovecharse el giro que toma la conversación, para hacer recaer ésta en la

cofradía, y hacer con tal motivo su elogio.

Reglas de conducta que deben observarse por los masones en su propia casa y entre

sus vecinos.

Los masones deben conducirse como conviene a un hombre prudente y moral, y no ocuparse

de los asuntos de la logia con la familia, con los vecinos, con los amigos; y no perder de vista,

en ningún caso, que el honor propio y el de la cofradía están unidos; esto, por razones que no

podemos exponer aquí, no debe descuidarse los propios intereses, permaneciendo ausente de

su casa después de las horas de la logia; evítense igualmente la embriaguez y las malas

costumbres, para que no se vean abandonadas las propias familias, ni privadas de aquello que

tienen derecho a esperar de los masones, y para que éstos no se vean imposibilitados para el

trabajo.

Conducta que debe observarse con un hermano extranjero.

Es preciso preguntarle con precaución y del modo que la prudencia os aconseje, a fin de evitar

el que, bajo falsas apariencias, seáis engañados, rechazadle con desprecio y tened cuidado de

no hacer ningún signo de reconocimiento.

Pero si descubrís que es un verdadero hermano, debéis tratarlo como tal, y si tiene necesidad,

debéis procurarle socorro o indicarle los medios de obtener esos socorros. Debe procurársele

algunos días de trabajo, para que pueda instalarse; de todos modos no estáis obligados a hacer

por él más de lo que vuestros recursos os permitan, debiendo tan sólo preferir a un hermano

pobre que sea un hombre honrado, a otra cualquiera persona que se encuentre en iguales

condiciones.

En fin, debéis conformaros a todas estas prescripciones, así como a cuantas se os comuniquen

por otro conducto; debéis practicar la caridad fraternal, que es la piedra fundamental la llave, el

cimiento y la gloria de nuestra cofradía; debéis evitar toda querelle, toda discordia, todo

propósito calumnioso, toda maledicencia; no permitir que en vuestra presencia se ataque la

reputación de un hermano respetable, en tal caso defenderlo para prestarle este servicio en

tanto que lo permitan vuestro honor y vuestros intereses; y si algún hermano os perjudica se

cualquier modo, debéis llevar vuestra queja a vuestra logia o a la de dicho hermano, apelando si

es preciso a la Gran Logia en la asamblea trimestral, y en último término a la asamblea anual,

según la buena y antigua costumbre observada por nuestros antepasados en todos los países.

No debéis intentar proceso alguno, a menos que el caso no pueda resolverse de otra forma, y

debéis acoger con deferencia los consejos amistosos del maestro y de vuestros compañeros, si

tratan de evitaros que comparezcáis en juicio delante de extraños; en todo caso, debéis

procurar presentar todos los medios para facilitar la acción de la justicia, a fin de que podáis

ocuparos con toda tranquilidad de los asuntos de la cofradía.

En cuanto a los hermanos y compañeros que tengan entre sí algunas diferencias, los maestros

y los hermanos pedirán consejo a los hermanos que conozcan el derecho, para proponer un

arreglo amistoso, que las partes en litigio aceptarán con reconocimiento. Si éstos medios

produjesen resalto, se aceptará sin demora el entrar en el pleito; pero reprimiendo toda

animosidad, toda cólera, absteniéndose de hacer o de decir cosa alguna que pueda lastimar la

caridad fraternal o interrumpir la reciprocidad de las buenas relaciones, con objeto de que todos

sientan la influencia bienhechora de la Masonería. De este modo han obrado siempre, desde el

principio del mundo, todos los buenos y fieles masones y así obrarán los que nos sucedan en lo

porvenir.